
Cualquier pequeño ama la hora de la lectura, cuando somos pequeños pedimos a nuestros padres que nos lean un cuento antes de irnos a dormir o simplemente cuando sentimos la necesidad de que lo hagan ya que nosotros solos no podemos hacerlo. Pero nunca nos hemos parado a pensar que eso conlleva que les gusta la lectura, que les gusta esa comunicación entre padre-hijo, que para ellos es un momento fundamental del día y que muchas veces si nos negamos les estamos rompiendo sus ilusiones.
Tenemos que dar mayor importancia a esto en el aula, tenemos que hacer que el cambio de la clase normal a la hora de la lectura sea radical, que sea otro ambiente totalmente diferente, otro espacio, como otro mundo totalmente nuevo para los pequeños. Algo que verdaderamente les apasione, que estén deseando que llegue esa hora en que su profesora les va a contar un cuento y que ellos van a ser partícipes de esa historia (ya que como maestros debemos involucrarlos en las historias, decir sus nombres como si fuesen los personajes, hacerles preguntas, dejar que se expresen en todo momento...).

Y con esta reflexión, doy por terminado este bloque 3... en mi próxima entrada os explicaré otro bloque nuevo, espero que os haya gustado ^^
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